conocida a veces como temperatura o calentura, es un aumento en
la temperatura corporal por encima de lo que se considera normal. La
temperatura normal del cuerpo humano es de 37 °C (98,6 °F).1 La fiebre actúa
como respuesta adaptativa que ayuda al cuerpo a combatir los organismos que
causan enfermedades y surge en respuesta a unas sustancias llamadas pirógenos que se derivan de bacterias o virus que invaden el
cuerpo, o que son producidas por las propias células. Debido al sistema inmunitario
poco
experimentado con el que cuentan, los niños son más propensos a sufrir fiebres
elevadas.
Las fiebres por encima de los 40,5 °C pueden
amenazar proteínas de vital
importancia, provocando estrés
celular,
infarto cardíaco, necrosis de tejidos, ataques paroxísticos y delirios.
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